Comience por pensar en su cuerpo como un instrumento: ¿qué tan bien se está ‘usando’ a sí mismo mientras se sienta frente a la computadora? ¿Qué cambio podrías pedir, sin crear más tensión?
- Observe cómo se conecta al piso y la silla.
- Pregunte si puede dejar ir la tensión en los hombros, brazos y manos.
- Pregunte por la longitud del cuerpo (frente, espalda y centro)
- Observe si su cabeza puede soltarse sutilmente hacia el techo
Intenta poner tu mente en observarte a ti mismo, día tras día, poco a poco. ¡Solo asegúrate de que pensar demasiado no te lleve a endurecerte! Puede esperar que mantener su equilibrio se vuelva más fácil con el tiempo.
Verifique también la configuración de su computadora y experimente. Los ajustes simples a su silla, escritorio, teclado, pantalla y mouse pueden ayudar.
Cubrí todos estos temas, y también la fatiga visual, en un seminario web corporativo reciente.