A veces una imagen habla más que mil palabras. El siguiente es un elegante resumen del proceso de la Técnica Alexander:

El objetivo de la Técnica Alexander es mejorar la forma en que nos «usamos» a nosotros mismos en la actividad y, al hacerlo, mejorar nuestro funcionamiento general. Los beneficios van desde tratar el dolor musculoesquelético hasta mejorar el movimiento, el equilibrio y el bienestar general.
Pero, ¿qué significan los términos del diagrama anterior? A continuación se presentan algunas definiciones y, junto con el diagrama, pueden darle una breve idea de algunas de las principales preocupaciones de la Técnica Alexander:
- control primario Es una relación expansiva entre los segmentos del cuerpo, particularmente entre la cabeza, el cuello y la espalda.
- Inhibición implica hacer pausas para prevenir las reacciones habituales que pueden provocar tensiones musculares innecesarias.
- Dirección es ‘tener el deseo, la intención, la aspiración, de ir en esas direcciones que son expansivas en lugar de contractivas, pero el deseo debe expresarse a través de la relajación muscular en lugar de la tensión y el esfuerzo’. (Nicholls y Carey (ibid.) p.82)
Pero, ¿por qué la inhibición debe preceder a la dirección, como sugiere el diagrama? Una vez más, Nicholls y Carey se explican con elocuencia:
Algún intento de inhibir las respuestas habituales que nos contraen y desequilibran debe preceder a la dirección consciente de un uso mejorado, pero la inhibición debe continuar a lo largo de la dirección, de lo contrario estamos luchando contra nosotros mismos.
Nicholls y Carey (ibid.) págs. 89-90.
En resumen, la ‘inhibición’ y la ‘dirección’ trabajan juntas para lograr un mejor uso de nuestro ‘control primario’, lo que lleva a la panoplia de efectos por los que se conoce a la Técnica Alexander.